Soy periodista. Eso, creo, significa acercar historias a la gente.
Si las de este blog te gustan, te invito a conocer la gran historia que he contado
: La mirada. Un viaje al corazón marroquí.

16 feb 2012

#pequeñasgrandesalegríasmientrasnosestafan

Me ha llamado una amiga: ha encontrado trabajo. Me alegro. Mucho. Estoy contento porque deja un importantísimo medio de comunicación en el que la ética y la decencia son incompatibles con su saneada (sí, y mucho) contabilidad. Contento porque es una brizna de esperanza, porque ayuda sentir de cuando en vez que una eficaz e inteligente trabajadora puede (aún hoy, justo tras el ansiado pistoletazo de salida del sprint finiquitador que probablemente tenga como consecuencia un aumento brutal de la tasa de paro en el final de este crudo invierno) encontrar un trabajo digno. Y, por último, también estoy contento por su futuro profesional en vista del proyecto en el que se embarca.

Ya que ahora, como dice Gabilondo, "los empresarios son el centro de atención de la preocupación del Gobierno", pongámonos en su lugar. Reconozco que me resulta difícil. Mucho. Pero en lo difícil está el éxito.

Mi amiga va a trabajar en una importante empresa de telecomunicaciones. Una de las que nos atosiga en los medios con publicidad para que contratemos con ellos el ADSL en nuestra casa. Si yo fuera uno de sus directivos (ya superada la resaca tras un fin de semana de celebraciones al leer en el BOE la reforma laboral del Gobierno Rajoy) me marcarcaría ahora nuevos objetivos. Una vez me han facilitado que mis trabajadores se conviertan en súbditos amedrentados de los que, si alguno es conflictivo, poder prescindir; tengo que buscar, cómo no, ganar aún más dinero. Y me siento fuerte. Más que nunca. Ya nos hemos quitado la careta. Además, mi empresa se encarga del sector que, amén de ser el presente, es, con mucho, el futuro: las telecomunicaciones.

Pienso en desarrollar, quizá, una plataforma para que mis clientes puedan, en el salón de su casa, ver películas o series en streaming. Tendrá éxito, seguro. ¿Pero quién es ahora el que se interpone en el camino de mi éxito?: Empresarios de otros sectores que también se sienten más fuertes y poderosos que nunca. Concretamente, dado la anacrónica legislación española en lo relativo al copyright, mi nuevo enemigo es ahora otro colectivo empresarial, otro lobby. Si la SGAE o las grandes productoras audiovisuales siguen queriendo cobrar sumas astronómicas para permitirme ofrecer en mi servicio sus productos, tendré que buscar una nueva ayuda de la Administración (sí, soy liberal, pero nunca viene mal un espaldarazo legislativo).

Y aquí llega el nuevo problema para el Gobierno Rajoy. Una vez ha restado poder a los trabajadores, ahora éste es aglutinado (aún más) por las grandes empresas. Y son insaciables. ¿Qué hará cuando comiencen las presiones de los distintos lobbies para legislar en favor de cada sector? ¿Accederá el Gobierno Rajoy y su poder absoluto a restar fuerza a un lobby como la SGAE (ahora desgastada y muy mal valorada por la opinión pública, lo cual facilita medidas populistas) en favor de leyes que beneficien a corporaciones tan potentes como las de este sector (léase Movistar, Jazztel u Orange)?  El timbre de La Moncloa no parará de sonar.

Esta tarde he quedado con mi amiga para que me cuente con detalle. Casualmente, vamos al cine. Unos cuantos, nos regalan las entradas. Le daré un abrazo. Y la enhorabuena. Y las gracias, me ha hecho retomar el blog.

Al poder le ocurre como al nogal, no deja crecer nada bajo su sombra.
Antonio Gala